viernes, 12 de julio de 2013

Las bases de datos de teléfonos móviles

Si digo que hoy el sms (Short Message Service) es una realidad, es mencionar algo tan evidente como que mañana volverá a salir el sol y no descubro nada a nadie.

Si digo que el sms es una fuente de ingresos para algunas empresas, tampoco sorprenderá a ninguno, pero si digo que esta herramienta es útil para casi cualquier empresa que venda al consumidor final, independientemente del tamaño o volumen que tenga o del producto o servicio que promocione, eso si creará controversia y muchos estarán pensando que no es cierto, que sólo las grandes empresas pueden aprovecharlo.

En una etapa de crisis como la actual, hay que fidelizar al cliente de todas las formas posibles, y la mejor manera de hacerlo es conocerle, por ello es necesario ir creando bases de datos de dichos clientes.

La telefonía móvil con sus sms y vms (mensajes cortos de texto o mensajes de voz pregrabada) ha abierto un abanico de posibilidades enorme y la creatividad de nuestros departamentos de marketing, agencias de publicidad o comunicación serán los encargados de hacernos el traje a la medida de nuestras necesidades.

No son sino un rollo infinito de tela al que nosotros deberemos dar color, forma y cortar a medida de nuestras necesidades, pudiendo hacer un mantel, una corbata, un traje, cortinas, es decir, lo que nosotros precisemos en cada momento.
El enfoque que hoy quería añadir es el de la importancia de la creación de las bases de datos de los teléfonos móviles de nuestros clientes. Y no digo bases de datos en general, sino de nuestros clientes, los que nos han comprado en alguna ocasión o han tenido intención de hacerlo.


Imagínese que usted ha entrado en la tienda de jardinería “Mi casita bonita” (por poner un ejemplo con una marca ficticia), donde habitualmente compra lo relativo a su jardín, muebles, decoración, herramientas, etc. y al salir le dan una tarjeta donde le ofrecen un descuento o un regalo en su próxima compra siempre y cuando rellene unos pocos datos en donde le piden el teléfono móvil entre otros, y en un párrafo final le ponen el típico texto legal que todos conocemos, algo del estilo de ... “acepto que me envíen promociones u ofertas periódicamente... y poder darme de baja cuando quiera en el teléfono...” ¿Cuántas personas rellenarían esa tarjeta y a cambio del regalo aceptarían entregarnos su número de teléfono móvil?


¿Y si en vez de esa tienda fuera, por ejemplo, una página web en donde hemos entrado a ver algo que nos interesaba y nos proponen algo similar?
¿Y si eso nos lo propusiera la cajera del supermercado al ver que llevamos una caja de croquetas congeladas de la marca “Estupendesa” y nos ofrece descontarnos por 20 pesos M.N. en la siguiente compra o un jugo gratis?
¿Y si fuera la librería donde hemos entrado por primera vez y nos regalasen a cambio un libro de bolsillo?
¿Y si fuera la tienda de videojuegos donde el cliente de 18 años ha entrado a ver las novedades y a cambio le ofrecen probar el nuevo lanzamiento de la “plaistaetion 4”?

¿Y si fuera la pizzería a cambio de refrescos gratis en el próximo pedido?


¿Estamos todos de acuerdo en que muchos aceptarían/aceptaríamos rellenar esos
datos personales? Y no me digan lo que ya es evidente, y es que muchos no lo harían, eso ya lo sabemos, de la misma manera que no compramos todo lo que nos ofrecen los spots de televisión por muy sugerentes que sean sus ofertas.
Pero lo que importa es que un porcentaje lo rellenaría seguro, bueno, dependerá de la promoción que se haga, lo que ofrezcamos a cambio de ID, telefono o datos.


Pero de esta manera, a lo largo de un período de tiempo determinado, podríamos conseguir ir creando esa base de datos, o incluso varias bases de datos segmentadas, ya que en esa tarjetita que rellenaría el cliente o potencial cliente podríamos hacerles algunas “pocas y breves” preguntas que nos diferenciarían si ha comprado alguna vez o no; qué actividades de nuestra empresa son de mayor interés; su sexo; edad; e-mail, etc. Pero insisto, pocas y breves preguntas, si no corremos el riesgo de que abandone el cuestionario.
Incluso para no asustarles, en la primera tarjeta mi recomendación es que sólo le pidamos el nombre y apellidos, su domicilio, su e-mail y su teléfono fijo y móvil, y en virtud de lo que nos facilite, poder enviarle por e-mail o por correo postal ciertas promociones en donde hacerle alguna pregunta adicional para poder incrementar la información que tenemos suya, y ofrecerle en el futuro mejores ofertas y promociones. Si lo hacemos adecuadamente y ofreciéndole algo que sea de su interés, lo lograremos sin demasiado esfuerzo.
Llegado a este punto quiero recalcar algo con mucha rotundidad y es que todo ello debe hacerse dentro de la más estricta legalidad y cumpliendo escrupulosamente con la LSSI y la
LOPD, que son las leyes que actualmente regulan lo referente a todo lo que estamos tratando. Y eso no es tan complicado, ya que si todo esto se lo encargamos a una agencia de publicidad o comunicación, nos asesorará en estos conceptos sin cobrarnos por este asesoramiento al diseñar nuestras estrategias.


¿Qué beneficios saco de esta acción? ¿Y qué costos van a tener estas estrategias?.

Los beneficios no se deben buscar como casi siempre en las empresas mirando sólo el corto plazo, sino que se debe tener una visión de medio o largo plazo, pues esas bases de datos nos ayudarán a promocionar nuestras ofertas de... Semana Santa, San Valentín, Navidades, El día de la madre, nuestros lanzamientos de nuevos productos, ofertas de fin de temporada, etc. Y eso será útil siempre que no quememos la base de datos enviando 20 mensajes semanales que acabarían por hacer que los clientes aborrezcan nuestra marca.


Los costes son muy bajos en comparación con cualquier otra idea promocional que se nos ocurra, ya que, aunque es cierto que hay un coste de varios conceptos como es la producción de la tarjeta, la grabación de datos, el envío de los mensajes o el regalo o descuento que ofrezcamos, es una inversión mínima, si la comparamos con lo que obtenemos, puesto que tendremos localizado a nuestro cliente independientemente de donde se encuentre. Por cierto, el regalo promocional que utilizamos de gancho lo podríamos negociar con algunos de los proveedores para abaratar costes y seguro que algunas de las marcas estarían encantadas de verse involucradas al obtener una promoción a un coste mínimo.


No lo duden, hay que mirar el futuro de frente con firmeza, pero sabiendo que las empresas que no evolucionan, siempre tienen un dragón que las persigue y la mala noticia es que se las acaba comiendo a todas.


Espero que les haya sido útil este enfoque y que les ayude a mejorar sus negocios.

Saludos cordiales

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